En mi práctica como Coach, he podido acompañar a muchas personas a eliminar prejuicios y creencias limitantes aprendidas en la niñez, por eso es importante que en la práctica como padres, detectemos los momentos cuando estamos limitando a nuestros hijos, para que cuando lleguen a adultos, vivan una vida con mayor libertad.

Si esto te interesa comienza por reconocer las siguientes 3 prácticas comunes de los padres que limitan a los hijos

Deja de Etiquetarlos

 

Es común escuchar comentarios hacia los niños como –él es muy tímido- o –él es muy serio- o algunos más fuertes como –es igual de haragán que el papá-.

Los niños (y en general todos los seres humanos) no somos nuestro comportamiento, el niño quizá en algunos momentos se comporte con timidez, pero si se le estimula, puede comportarse muy extrovertido, o simplemente en un momento se enoja por algo que no le gustó, esto no quiere decir que en otro momento pueda estar feliz de la vida.

Las etiquetas cuando se les repite constantemente les marcan una confusión entre su comportamiento y su ser, así que deja de etiquetarlos y aprécialos en cada comportamiento que tengan.

Deja de Pedirles lo que No Quieres

Cuando a un niño le pides que –No Corra- lo más seguro es que va a correr más, o si le dices –NO Grites- seguramente gritará más, o se sorprenderá porque le habrás pegado un grito (lo que no quieres que él haga) para callarlo.

Entonces la solución es ir a lo directo, es pedirle lo que quieres, si el niño corre, pídele que camine despacio, si el niño grita, dile que hablé bajo, a mí me ha funcionado hacerlo como un juego con mi hijo, si vamos a entrar a un lugar, como un hospital por ejemplo, le digo, vamos a jugar a hablar bajito, y a él le encanta este tipo de juegos.

Deja de pensar que ellos realizarán tus sueños.

Atiendo constantemente a adultos frustrados porque siguieron una carrera, deporte o afición por querer cumplir con el sueño de sus padres, y hastiados vienen al coaching a decidir qué hacer por su vida, ahora dime ¿dejas que tus hijos elijan sus sueños? o ¿esperas que tus hijos cumplan con los que no pudiste cumplir?

Quizá tu ilusión fue ser un campeón en natación, y a lo mejor nunca pudiste lograrlos, ahora te afanas en que alguno de tus hijos consiga la medalla que tú nunca obtuviste, lo más seguro es que con el tiempo, tu hijo llegue a detestar la natación, y deje de ser feliz, con tal de cumplir el sueño que tu personalmente no te atreviste a conseguir.

Ahora que has leído sobre estas malas prácticas pregúntate si tú las utilizas, y si son útiles para ti y tus hijos, simplemente cuestiónate y si deseas cambiar, hazlo, tus hijos te lo agradecerán.

Coach Roy Balcárcel

Director Internacional

Escuela Europea Mens Venilia Group