El desarrollo socio-emocional en los niños
Escrito por Eileen Menegazzo, Psicóloga Clínica
Muchas veces, como padres de familia, una de nuestras grandes preocupaciones es el inicio de la vida social de nuestros niños. Nos hacemos preguntas constantemente sobre qué es lo “normal” en cuanto a la relación con otros niños. ¿Es malo que mi hijo sea tímido? ¿Por qué mi hijo pega? ¿Por qué mi hijo no tiene consideración por los sentimientos de otros? ¿Cómo puedo enseñarle a establecer límites sin lastimar a otros?
El colegio es el inicio de la vida social de nuestros hijos, especialmente cuando son hijos únicos y no tienen mucho contacto con otros niños en casa. Por esta razón, es cuando inician el colegio cuando empezamos a cuestionarnos y muchas veces a preocuparnos porque podemos ver cómo otros niños también se relacionan.
Es importante que sepamos qué esperar de nuestros hijos dependiendo de su edad, ya que muchas veces esperamos que los niños muestren interacciones sociales que aún no pueden mostrar ya que su cerebro aún no tiene las redes neuronales para hacerlo. Un buen ejemplo de esto es el tema de la empatía. Muchas veces nos preguntamos ¿por qué mi hijo no muestra empatía hacia otros? Aunque la mayor parte de los niños a partir de los 3 años, pueden empezar a tener el discernimiento de lo que es correcto e incorrecto, la empatía -que es la capacidad de poder ponerse en los zapatos de otro y comprender cómo el otro se siente- se termina de desarrollar en un niño entre los 7 y 8 años de edad; esta es la razón de por qué muchas veces vemos a los niños pequeños preocupándose solamente por ellos mismos.
Algunas de las conductas esperadas para niños de 4 a 6 años son las siguientes: los niños de esta edad tienden a buscar a niños de su propio género para jugar, tienen más facilidad para jugar en parejas y no en grupos. En esta edad los niños empiezan a mostrar cooperación con otros para lograr un objetivo y empiezan a notar las emociones en los otros niños. Se empiezan a mostrar más dificultades en su interacción con otros, pero de la misma manera los niños aprenden a resolver conflictos con mayor facilidad, a través de la negociación.
Su juego cambia mucho, ya que pasa de ser un juego solitario a ser un juego simbólico, en el que los niños utilizan su imaginación para representar diferentes fantasías y situaciones. El observar el juego de nuestros hijos es muy revelador, ya que nos ayuda a poder conocer sus preferencias y gustos; de la misma forma nos da la oportunidad de poder enseñar a nuestros hijos a resolver conflictos de formas asertivas, a compartir, a seguir a otros.
Existe muchas formas en las que puedes ayudar a tu hijo en su desarrollo social: invitando a amiguitos a casa, estableciendo una relación con otras mamás para poder formar playdates, hablando con tu hijo sobre sus emociones para que aprenda a identificarlas y expresarlas de formas asertivas, dando espacio a tu hijo para que pueda jugar y ser niño, modelando formas asertivas de resolver conflictos, ayudando a tu hijo a resolver conflictos con otros niños en el colegio de formas asertivas.