Class Seven Curriculum Overview

Suggested blogs The Six-Year Transformation: Discovering Waldorf Five Frequently Asked Questions About Waldorf Education The Role of Nutrition in Brain Development: The Golden Opportunity of the “First 1000 Days” Class Six Curriculum Overview

Class Eight Curriculum Overview

Suggested blogs Inclusion in Education in Guatemala, is it Lacking? Preschool Overview First grade overview ¿Cómo desarrollamos una mentalidad de crecimiento en nuestros niños?

Class Nine Curriculum Overview

Suggested blogs Class One Curriculum Overview Class Two Curriculum Overview Class Six Curriculum Overview Class Eight Curriculum Overview

Trinus method

Rène Peterson nos comparte los detalles de cómo es un día en Trinus y cómo nuestros niños aprenden. Ella utiliza como ejemplo el bloque de matemáticas para resaltar lo único y especial de la pedagogía Waldorf.

Después de ver el video, entenderás por qué la pedagogía Waldorf es tán efectiva y por qué nuestros niños están tan motivados a seguir aprendiendo.

 

 

Transcripción del video:

Yo opino que lo que hace al sistema Waldorf distinto de otros sistemas educativos es que realmente estamos dedicados a educar a todo el ser.

 

En nuestra opinión, no solo el desarrollo intelectual de un niño es importante: su desarrollo físico y emocional revisten la misma importancia.

 

También queremos asegurar que hacemos cosas adecuadas y significativas para la edad de cada niño; todo realmente gira en torno a los niños, y el punto en el que se encuentran en su desarrollo.

 

Es igual de importante para nosotros asegurar que en el aula se cubran todas las necesidades de los distintos estilos de aprendizaje para que cada niño tenga la oportunidad de aprender.

 

Entonces, por ejemplo, si enseño matemáticas y el concepto de la división, no solo pongo divisiones en la pizarra y como que digo: bien niños, esto es la división y ésta es la forma en que se hace. Por ejemplo: podría darles a los niños digamos frijoles, fósforos o fichas, dividirlos en grupos para que cada grupo tome sus frijoles o sus fósforos y luego les pediría dividirlos de manera equitativa entre todos los niños que hay. De esta manera, los niños que necesitan ver ocurrir la división verán los frijoles y dirán “uno para ti, uno para mí, uno para ti, uno para mí”.

 

Los niños que aprenden haciendo pueden de hecho realizar la acción de tomar los frijoles y distribuirlos y experimentar compartir y dar uno a cada persona.

 

En el caso de los niños que aprenden de forma auditiva:  todo este tiempo que estamos realizando la acción hablamos del proceso, hablamos sobre lo que estamos haciendo, así que además de verlo escuchan lo que ocurre.

 

Los niños que aprenden haciendo pueden de hecho realizar la acción de tomar los frijoles y distribuirlos y experimentar compartir y dar uno a cada persona.

 

En el caso de los niños que aprenden de forma auditiva:  todo este tiempo que estamos realizando la acción hablamos del proceso, hablamos sobre lo que estamos haciendo, así que además de verlo escuchan lo que ocurre.

 

Luego están los chicos que son muy rápidos y que pueden hacer las matemáticas en su cabeza, sabes, que cuando yo digo: “bien, tienen 24 frijoles y los tienen que dividir entre 8 niños, inmediatamente saben que cada uno recibirá 3”.

 

Pueden escribir su respuesta en una hoja de papel y durante el proceso verifican que su respuesta es la correcta.

 

Después de haber hecho esto, usamos los libros de matemáticas, y los niños entonces escriben o hacen un dibujo; primero hacen un dibujo de lo que hicieron.

Aquí, nuevamente, incluimos a los niños que necesitan ver los dibujos y también a los

que son creativos y necesitan usar sus crayones y necesitan dibujar y explorar de esa manera. Y sólo después de eso, llegamos al punto de escribir los números, es decir: 24 dividido entre 8 es 3, o al revés: 3 es igual a 24 dividido entre 8.  De esa manera, al final del proceso, hemos cubierto el estilo de aprendizaje de tantos niños como sea posible.

 

Y así, el aprendizaje de las matemáticas es liviano, resulta divertido y ameno para los niños, a la vez que es práctico y real. Y en estos tipos de situaciones de la vida real damos a toda la oportunidad de aprender en el aula.

11 maneras de aplicar la pedagogía waldorf

 

Escrito por Aguamarina, una psicóloga y maestra especialista en audición y lenguaje.

 

Desde que Sunflower empezó el curso pasado a ir a la escuela Waldorf de Mallorca,

nos dimos cuenta rápidamente de cómo la escuela ha tenido una influencia muy positiva, no sólo en ella, sino en nuestra familia.

 

 

Nos ha aportado muchas cosas; más estructura y ritmo, y por tanto una vida más relajada y fluida, más paz, más música, más cuentos,

más comunicación, más disfrute…

 

 

Creo que la forma de entender y mirar al niño que promueve la pedagogía Waldorf, tiene aspectos que son muy buenos y contagiosos,

  y todas las familias, aunque no lleven a sus hijos a una escuela de este tipo, pueden beneficiarse de ello.

 

 

Por eso, hoy he preparado 11 propuestas o maneras fáciles que te permitirán ofrecer a tus hijos algunos de los beneficios de la pedagogía Waldorf en casa.

 

 

 

Para que te pongas más en situación, aquí te expliqué con más detalle qué es la pedagogía Waldorf, pero te diré que es una pedagogía que parte de

un profundo conocimiento del niño y del desarrollo humano, que busca educar al niño como una persona completa,

y no sólo centrándose en su desarrollo académico.

 

 

Los primeros siete años, tan importantes para su futuro desarrollo como adulto (te expliqué algo de esto aquí),

son unos años en los que los niños tienen un gran potencial de aprendizaje, sobre todo por imitación,

y en el que dos de sus necesidades importantísimas son el movimiento y el juego libre.

 

 

Partiendo de estas ideas básicas, aquí van las 11 propuestas, todas ellas las aplicamos en nuestra casa:

 

(1) Juego libre, juguetes naturales y arquetípicos

 

 

 

Permitir que el niño pueda jugar de forma libre en casa con juguetes no muy definidos.

 

Cuanto menos definido y más arquetípico sea el juguete, más espacio hay para la imaginación y el juego creativo del pequeño.

 

materiales Waldorf

Por eso, en una familia Waldorf es habitual que encuentres un rincón de la casa con cestas en las que habrá bloques de madera naturales,

conchas, piñas, piedras, sedas, cintas, animalitos de madera o de punto,…

 

 

De lo que se trata es que los juguetes permitan al niño que sea él quien piense y decida de qué manera quiere utilizarlo

y que no sea la empresa de juguetes la que lo haga.

 

 

Así un coche de madera de repente puede ser camión de bomberos, o de policía, u otra cosa.

 

 

Y una piña, puede pasar de ser la comida de las ardillas, a una silla, o una montaña,…

 

 

Se necesita este tipo de juego para el desarrollo creativo y emocional sano de un niño, pues permite conectar al niño,

y sin duda, es la mejor base para el desarrollo intelectual posterior.

 

(2) Jugar al aire libre, cuanto más mejor

 

 

Ya te expliqué aquí, que en una escuela Waldorf se considera que jugar en un jardín, al aire libre, es casi un derecho de los niños.

 

 

Que tengan opción de subirse a los árboles, recoger flores u hojas, jugar con piedras, cavar agujeros en la arena, jugar con agua,…

 

 

Es a través del movimiento que el niño se conecta consigo mismo y con su entorno.

 

Salida al bosque

Además, jugar en la naturaleza permite que el niño vivencie de forma más intensa y completa el ritmo de las estaciones.

 

 

Sin embargo, actualmente existe una tendencia generalizada de desnaturalizar los parques infantiles,

y ya casi no quedan parques con arena, o piedras, todos están asfaltados.

 

 

Hace poco, de hecho, asfaltaron uno de los parques preferidos de Sunflower, y se llevó un gran disgusto cuando se dio cuenta que ya no podría jugar más

con las piedrecitas del suelo, con lo que le gustaba.

 

 

Parece que si el niño toca la arena, la tierra o las piedras, o la hierba, es malo, se va a ensuciar o hacer daño.

 

 

Desde mi punto de vista, esto lo único que hace es desconectar a los niños, de ellos mismos (de su interés natural por explorar) y de su entorno,

mostrándoles una realidad como si fuera perjudicial o dañina. ¿Y cómo puede crecer un niño al que no se le permite jugar y tocar a su aire?

 

 

Inseguro y desconfiado, como poco.

 

(3) Aparca la televisión y los entretenimientos de pantalla tanto como sea posible

 

 

La mayoría de padres solemos ir con cuidado con lo que ven nuestros hijos en la tele. Menos mal, aunque he de decir que en nuestro caso prácticamente no vemos la tele.

 

 

Y es que, que vean dibujos animados, o una película infantil, no es el verdadero problema.

 

 

No es tanto el contenido (aunque para la pedagogía Waldorf también puede serlo) pero sobre todo es lo que supone estar mirando la tele o jugando con la pantallita.

 

 

Para empezar el niño tiene que estar quieto. La necesidad natural de un niño pequeño es estar en continuo movimiento,

por lo que cuando está sentado un tiempo prolongado, absorbido por la excesiva estimulación audiovisual, está haciendo algo que no es natural, reprime su necesidad primaria de moverse.

 

 

Y esto puede tener consecuencias negativas, algunas ya muy extendidas como el famoso déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

 

 

Además, hay otra cuestión para la pedagogía Waldorf, muy importante. Las imágenes interrumpen el desarrollo de su imaginación.

 

 

El niño se ve bombardeado por imágenes externas, que acaban sustituyendo sus propias creaciones y respuestas naturales.

 

 

Por ejemplo, si nunca antes has visto a Blancanieves y alguien te narra su historia, seguramente la imaginarás en tu mente de una manera

determinada, pero una vez que hayas visto la versión de Disney, ya es muy difícil imaginarla de otro modo que no sea como la que presenta la película.

 

 

Digamos que la tele corta las alas al potencial creativo de los niños.

 

 

(4) La importancia del ritmo en la familia

 

 

Vivimos rodeados de los ritmos de la naturaleza (día y noche, fases lunares, estaciones, las mareas…).

 

 

Nuestro cuerpo está lleno de ritmos (corazón, respiración, el ciclo de la fertilidad femenino, ritmos circadianos del metabolismo).

 

 

Sin embargo nuestro ritmo de vida occidental nos ha alejado de los ritmos de la naturaleza, lo que nos ha desconectado a muchos de los mensajes y

los ritmos de nuestros propios cuerpos, y por tanto hemos olvidado la importancia del ritmo en la vida diaria.

 

 

La pedagogía Waldorf sostiene que los niños que disfrutan de una vida regular confían en su mundo y no les preocupa la incertidumbre de lo que pasará después.

 

 

Como los pequeños están tan centrados en el cuerpo y la imitación, el ritmo en casa constituye una guía para su vida,

creando buenos hábitos, ayudándoles a centrarse en su aprendizaje y desarrollo,  a la vez que evita los enfrentamientos y

las discusiones familiares a la hora de comer, o a la hora de ir a dormir.

 

horario comida

Con un ritmo, los niños entienden que cada cosa tiene su momento. Hay un momento para jugar y hacer lo que le apetece, otro para comer,

otro para lavarse los dientes, o ir a dormir.

 

 

La verdad es que esto lo hemos comprobado en primera persona, y nos va genial.

 

 

Por ejemplo, en casa, además de las rutinas para levantarse, o ir a dormir, donde hacemos cosas a modo de ritual, como cantar la canción de buenos

días mientras nos vestimos, también tenemos un menú específico para cada día de la semana (igual que en su escuela) lo que ayuda a estructurar y

dar orden a nuestro día a día respecto a las comidas.

 

 

Y la verdad con lo que me costaba organizar este tema (no soy nada cocinillas), de esta manera es mucho más fácil.

 

 

Así Sunflower sabe, por ejemplo que los días que come arroz, por la tarde va a psicomotricidad.

 

 

O que el día que come pasta, es el último de la semana que va al cole y empieza el fin de semana de descanso.

 

 

Además, los niños tan pequeños todavía no tienen nociones claras sobre el tiempo, y así poco a poco lo van interiorizando y estructurando.

 

 

Por otra parte, establecer ritmos en casa va genial para aquellos niños inquietos y nerviosos, pues está más que demostrado que el ritmo en la vida

hogareña ayuda a calmarlos, porque así su vida consiste en una serie de acontecimientos en los que ellos pueden participar y les proporcionará una sensación de seguridad.

 (5) En la mesa, siempre una vela encendida

 

 

Comer todos juntos, alrededor de la mesa, con una vela encendida.

 

Esto es algo que hemos incorporado a nuestro día a día y nos gusta mucho.

 

 

El ritual de encender la vela nos sirve para centrarnos en ese momento de encuentro, de comunicación, de nutrición afectiva y familiar,

que además viene de la mano del alimento.

 

 

Es como una reverencia que convierte la ocasión en un momento de mayor unión familiar.

 

 

Para ello, en casa tenemos un pequeño centro que vamos decorando según la estación

y la vela está encendida en todas las comidas que compartimos en familia.

 

 

Aquí puedes ver nuestra vela del otoño, junto con algunas que hemos utilizado en estaciones anteriores. Y también nuestra vela de invierno.

(6) Canciones, juegos de falda y rimas de dedos

 

 

Las canciones infantiles y los juegos de dedos y de falda tienen un gran valor en el Jardín de Infancia Waldorf,

pues aportan muchos de los ingredientes que consideran importantes como ritmo, sonidos y movimiento, conectando cuerpo, corazón y mente.

 

 

Alguna vez te he hablado de Tamara Chubarobvsky, logopeda holística Waldorf, que hace una labor muy buena de dar a conocer  canciones, rimas y

juegos de dedos que pueden favorecer el desarrollo de una infancia sana.

 

 

Muchas de sus rimas y juegos de dedos los tenemos incorporados en nuestro día a día familiar, como la de la gallina para pasar de un estado alto

de activación a uno de más calma, o la del chaparrón, los días de lluvia. Si te interesa conocer más, ella distribuye unos DVD’s que son geniales. Nosotros los tenemos todos.

 

(7) Preparar con tiempo y celebrar las festividades

 

 

Esto es el algo que también ofrece consistencia y ritmo en el día a día, así como una manera de conectar con la cultura, la tradición y el patrimonio de nuestra comunidad.

 

 

En realidad los preparativos de la fiesta son casi más importantes que la fiesta en sí.

 

 

Antes de una festividad como puede ser Navidad, de lo que se trata es de ir ofreciendo cada día al niño una gotita, para que vaya procesando,

entendiendo e interiorizando lo que va a pasar.

 

 

Esto no es de un día para otro montar el árbol de Navidad, el belén y atiborrarlo de regalos, todo deprisa y corriendo.

 

 

Así el niño se siente sobresaturado, y no llega a comprender qué está pasando.

El calendario de adviento es una forma muy buena de preparar la Navidad con los niños, por ejemplo.

 

 

Esta Navidad pasada preparé este palo de adviento, en el que cada día el gnomo del adviento traía un pequeño presente de uno de los cuatro reinos terrenales.

 

 

Y para montar el Belén, cada día llegaba uno de los personajes, hasta que finalmente el día 24 llegó el bebé Jesús. Y luego también se fueron poco a poco.

 

 

Otra de las fiestas que también preparamos con antelación es la de San Martín, una semana antes empezamos a cantar sus canciones,

y preparamos estos farolillos de papel, para acudir a la fiesta del farol.

 

(8) Que los niños participen en las tareas domésticas

 

 

Esto es muy importante para fomentar su autonomía, y además permite que los niños trabajen con sus manos,

lo que acaba desarrollando la motricidad y la inteligencia.

 

cleaning Waldorf

Tareas domésticas como barrer el suelo, limpiar la mesa, o las ventanas, coser, tejer, preparar la comida,…

 

 

Es aconsejable no frenar su interés por querer hacer las cosas, aunque su ayuda nos vaya a retrasar.

 

 

Y siempre debemos enseñarle con nuestro ejemplo. No importa dar órdenes o largas explicaciones, simplemente un “Mira, se hace así”.

 

 

Eso sí, hay que cuidar el gesto, hacer las cosas con gracia, evitando movimientos o gestos violentos.

 

 

(9) Cultivar las actividades artísticas

 

 

Esto se puede hacer de muchas maneras, pero pintar con acuarelas, es una opción muy buena,

ya que permite estimular la creatividad, y vivenciar y experimentar el color de forma intensa.

acuarela waldorf

 

Las acuarelas que utilizan en las escuelas Waldorf son de la marca Stockmar, que además de ser naturales,

tienen una muy alta pigmentación y pintar con ellas se convierte en toda una explosión de color.

 

 

Lo ideal es que los niños puedan pintar en papeles de gran formato, para que puedan hacer movimientos amplios, lo que beneficia su desarrollo físico y espacial.

 

 

No importa el dibujo acabado, de lo que se trata es que pueda experimentar con la pintura y el color, y deje volar su imaginación.

 

(10) Tener una mesa de estación en casa

 

 

En esta entrada que publiqué en otoño, te expliqué todo lo que tienes que saber sobre las mesas de estación Waldorf, o mesa de la naturaleza.

 

waldorf estaciones

Ahora mismo en casa tenemos montada la mesa del invierno, con el Rey Invierno como principal protagonista.

 

 

(11) Cuentos de animales y de hadas

 

 

Los cuentos tienen tantos beneficios: estimulan la imaginación, la comprensión, el pensamiento,…

 

 

Incorporar un cuento al menos a la hora de ir a dormir es algo bastante fácil de hacer para casi todas las familias.

 

 

En las escuelas Waldorf los cuentos que más recomiendan  para niños pequeños son los de animales y los de hadas,

y una muy buena recomendación son todos los de los hermanos Grimm.

 

 

Además cada día se narra un cuento mediante un teatrillo de mesa, como ya te presenté en este libro de Tamara Chubarovsky,

 

 

que permiten conectar con el espectador a un nivel mucho más profundo.

 

 

Creo que podría seguir esta lista, pero me he centrado en los aspectos más esenciales que nosotros aplicamos en casa.

 

 

«Nuestro mayor esfuerzo debe ser el desarrollo de seres humanos libres, que sean capaces por sí mismos de impartir propósito y dirección a sus vidas». – R. Steiner

 

 

Puedes encontrar el artículo original aquí:

http://www.demicasaalmundo.com/blog/11-consejos-aplicar-pedagogia-waldorf-casa/

Creación de imágenes mentales: el gran déficit de los niños de la era tecnológica

Escrito por Tamara Chubarovsky es una pedagoga Waldorf.

cuenta cuentos

Las imágenes mentales creadas por uno mismo al escuchar una historia o al leer, perduran en la memoria a través del tiempo. Los cuentos siempre han sido una fuente que ha nutrido a los niños a nivel emocional y también han ayudado al desarrollo de capacidades cognitivas como son la memoria y la atención, pero ante todo, a esta imprescindible capacidad de imaginar y recrear imágenes interiores mentales, capacidad que es la base de muchas otras funciones. En esta era plagada de imágenes externas que bombardean al niño, ya sea a través de TV, tablets, Pc, móvil o incluso ilustraciones, cada vez los niños presentan más dificultades en crear imágenes mentalmente. A mayor consumo exterior, menor creación interior. Esto está acarreando graves problemas de aprendizaje y también sociales.

Para interesarme por lo que me cuenta otra persona y empatizar con ello, necesito ser capaz de imaginármelo. Puedo recordar con facilidad solo aquello que se transformó en imagen, aunque solo sea un esquema de la pizarra. Respecto a esto, en estos días una maestra me comentaba de la dificultad de los niños en copiar de la pizarra sin errores. Vemos que incluso la retención corta de la imagen de la pizarra al cuaderno, está fallando. También hoy día se habla mucho del desinterés por la lectura. Pero es que sólo puede interesarme leer, si soy capaz de ir imaginando lo que leo. Si carezco de esa capacidad, leer es solo descifrar letras vacías. Mi hija adolescente, que había faltado a clase y tenía que estudiar para el examen con los apuntes de un compañero me lo decía “No sé si podré aprobar el examen, ya que como no escuché a la profesora, no tengo las imágenes y sin las imágenes no consigo retener los contenidos”. De hecho en la escuela primaria Waldorf, toda la enseñanza está basada en la transmisión de bellas imágenes, que no solo faciliten el aprendizaje del niño, sino que además lo nutran emocionalmente. Siendo alumna Waldorf, aún llevo en mi corazón las imágenes de los griegos, el arlequín de la multiplicación, el metabolismo de la vaca y tantas otras historias, que al haber evocado en mí una imagen y una emoción, perdurarán allí eternamente. Y especialmente las imágenes, surgidas de los cuentos en la infancia, nos llenan de vida interior y nos acompañan.

Pero de lo que quería hablar hoy es de cómo ayudar a estos niños actuales a recuperar o estimular esta capacidad creativa. Observamos que a menor creación y vida interior, más aburrimiento, apatía y necesidad de consumo exterior. Es urgente revertir esta situación si no queremos adultos complemente vacíos.

La primera medida para promover imágenes interiores es reducir al máximo las imágenes exteriores. Si ya han visto la película de Disney de la Bella Durmiente, cuando les cuente el cuento, evocarán esas imágenes y no imágenes propias. Esto ocurre en general con personajes arquetípicos como el gigante, el enanito, la princesa, el lobo etc. Si ya hay una imagen exterior establecida, será mucho más difícil, sino imposible, crear la propia. Esto, además de abolir la creatividad y fantasía propia, tiene como inconveniente, que un gigante u ogro de una película, a la noche, en medio del sueño, puede emerger produciendo miedo. Son imágenes difíciles de digerir. Una imagen propia, será creada a la medida de cada uno. Pero tampoco quiero decir que haya que excluir de la vida del niño las imágenes, el niño tiene necesidad y hambre de imágenes. La cuestión es qué tipo de imágenes le acerco, sabiendo que si lo que quiero es estimular su propia imaginación y capacidad mental, deberé escoger imágenes sencillas e “incompletas”. Y siendo que el niño antes de los 5, 6 o 7 años no está plenamente capacitado para la producción propia y abstracta de imágenes que pueda evocar a su antojo (memoria abstracta), acompañaremos al niño en este proceso. Dijimos que a mayor simplicidad externa, mayor actividad interna, pues bien, en el caso de niños pequeños o cualquier niño con mayor dificultad en este campo, la transición hacia esta actividad interior plena puede ser apoyada eficazmente, si tenemos en cuenta estos criterios:

  • Reducir imágenes externas sofisticadas (TV, Pc, etc.)
  • Ofrecer cuentos con imágenes sencillas
  • Una pequeña historia contada con ayuda de los dedos (Rimas y juegos de dedos), es un magnífico microcuento con soporte visual, que además se puede apoyar tocando al niño.
  • Elegir cuentos simples, con poca trama y repetitivos. Ideales son los cuentos de repetición compilados en Cuentos para ver, oír y sentir.
  • Narrarlos de manera sencilla, sin dramatizar ni exagerar las voces, pero tampoco de manera monótona y plana. ¡Hacer suficientes pausas!
  • Apoyar la narración con pequeños gestos de manos.
  • Apoyar la narración con títeres de mesa, gran recurso para desarrollar la capacidad de orientación espacial, temporal y secuenciación de la historia, fundamentales para organizar posteriormente mentalmente las ideas e imágenes. (Indicaciones en Cuentos para ver, oír y sentir)
  • Transformar la narración en un cuento vivido, haciendo que los niños se muevan y actúen, para poder así sentir los personajes y crear imágenes con vínculo emocional.(Indicaciones en Cuentos para ver, oír y sentir)
  • Contar un solo cuento y de ser posible, el mismo cuento durante varios días.

cuenta cuentos

Muchas veces se cuenta a los niños un cuento tras otro. En este caso, el cuento está teniendo una función mero entretenimiento, al igual que si vieran TV (¡aunque mejor, claro!). El niño sigue con “hambre” de imágenes, insaciable y pide cada vez más, porque en realidad, ninguna imagen le llenó. Si contamos solo un cuento y este mismo cuento varios días seguidos, veremos que los niños se quedan satisfechos, porque han recibido su alimento, han sido capaces de integrar y digerir las imágenes. El niño aprende mucho más vocabulario, desarrolla mucho más capacidad de comprensión, atención y memoria, si escucha solo un cuento muchas veces a si escucha gran diversidad de cuentos. Además, el exceso de imágenes externas crea inactividad en el momento e hiperactividad después. Un cuento sencillo y contado serenamente, produce gran actividad interior en el momento y calma después.

La hiperestimulación es la que está atrofiando a nuestros niños. A cualquier niño con déficit de atención, también deberíamos reducirle los estímulos para que sea capaz de asimilar de a poco. Cuando es demasiado lo que tienen para procesar, suelen desconectar. En cambio, cuando sienten que son capaces de comprender, atender y recordar lo que les transmitimos, se llenan de alegría, autoestima, autoconfianza y motivación.

Es hora de volver a simplificar, para que de nuestros niños puedan surgir las maravillas latentes en su interior.

Hay peores cosas que no aprender a leer en preescolar

Escrito por Gaye Groover Christmus. Traducido por Trinus

El año que Sam comenzó preescolar, cumplió 6 el mes de octubre. Él era uno de los niños más grandes de su salón de clases y aún no sabía leer. Cuando comenzó primer grado, tenía casi 7 y aún no sabía leer. Afortunadamente para Sam, él entró a primer grado en 1999. Sus maestras, Miss Grant y Miss Floyd no se preocupaban si sus alumnos sabían leer en preescolar. Es más, esperaban que la mayoría de niños comenzaran a leer en primer grado. (Claro, motivando a quienes aprendían a leer fácilmente en preescolar).

Si Sam hubiera comenzado primer grado este año, probablemente lo hubieran etiquetado de estarse quedando atrás. El nuevo estándar es que los niños deben aprender a leer en preescolar. A pesar que la mayoría de educadores están conscientes que esto no debería de suceder hasta primer grado. Sam se convirtió en un buen lector a finales de primer grado. En el momento que llego a la secundaria, era un estudiante de cuadro de honor y se graduó de la universidad con un GPA de 3.93/4.

¿Entonces, qué pasa cuando los estándares de la educación requieren que niños como Sam aprendan a leer en preescolar y que las maestras hubieran forzado que esto sucediera? Muchos educadores dicen que esto resulta en tiempo de clase ineficiente y contraproducente. Esto quiere decir que muchos niños realmente aprenden y retienen menos información de lo que harían en una clase adecuada para su edad.
Entonces, les doy mi consejo (lo pueden tomar si quieren, porque no soy una maestra, pero si soy la madre de Sam). Si tu hijo no aprende a leer en preescolar, no te estreses. Porque hay muchísimas cosas peor que no aprender a leer. A continuación, te mencionaré 4 de ellas:

 

Tiempo limitado para juego creativo. Los niños pequeños aprenden por medio del juego. Aprenden al moverse, al construir, al botar cosas, pero no llenando varias hojas de trabajo. También aprenden al interactuar con otros niños, al solucionar problemas, al compartir y cooperar, no aprendiendo fonética a los 6 años. Mrs. Grat y Mrs. Floyd creaban centros maravillosos y rincones que permitían a los alumnos a aprender cualquier cosa desde casas a camiones, de perros a océanos… También incluían actividades que requerían habilidades de lectura y matemáticas, y lo mejor de todo es que los alumnos no se dan cuenta que están trabajando porque están muy concentrados creando y jugando. Los maestros hoy en día, tienden a limitar o incluso eliminar juego porque los requerimientos académicos son tan fuertes que se han visto forzado a eliminar este tiempo donde aprenden de una manera creativa.

Tiempo limitado para actividad física. Pocas cosas son tan contraproducentes como limitar el tiempo de recreo y otros tipos de juego físico para los niños. Los niños aprenden mejor cuando se mueven. Ambos papas y maestros saben esto de pura intuición, y hay muchos estudios que lo confirman. Los niños que tienen más oportunidades de correr por allí y jugar, tienden a tener mejores destrezas de pensamiento y su actividad cerebral es mayor. Y no asumas que los niños son naturalmente activos y que hacen la cantidad de ejercicio que necesitan a diario, estudios han encontrado que los niños de tres y cuatro años son sorprendentemente inactivos. Y, aun así, varios colegios están limitando y eliminando el tiempo de recreo, hasta para los más pequeños.

Aprendizaje enfocado en estándares y exámenes. Las maestras están constantemente bajo presión para preparar a sus alumnos para poder salir bien en estas pruebas estandarizadas. Esto quiere decir que el enfoque principal de los maestros, ya no es enseñarles a los niños de la mejor manera para ellos, pero les están enseñado para que sean exitosos en las pruebas. Una maestra dijo, “he notado como los requisitos de mi trabajo se han alejado del enfoque del niño, de su forma de aprendizaje, de sus necesidades emocionales, y sus familias; ahora todo el interés está centralizado en exámenes, pruebas y calificar a los alumnos…” Este cambio resulta en que los maestros tengan menos tiempo para inculcar en sus alumnos las disciplinas para que sean aprendices de por vida.

Frustración y sentido de fracaso. Los niños saben que no están cumpliendo con las expectativas de sus maestros y de otros adultos. Lo que no saben, es que todas estas expectativas no hacen ningún sentido, y por no saber esto, ellos sienten frustración y sentido de fracaso cuando no dan la “talla”. Para dar un ejemplo, el niño que le fue muy bien en su preescolar experimental pero luego tiene problema en su colegio enfocado en lo académico, se podrá sentir frustrado a tal punto de sentir que “odia el colegio”. Y la niña que no se puede quedar quieta por más de 30 minutos y llenar todas las hojas de trabajo, sabe que está decepcionando a su maestra, pero lo que ella no sabe es que esa tarea no es adecuada para niños de su edad. Lo cual quiere decir que muchos niños normales se frustran cada vez más y están siendo etiquetados por un sistema completamente irreal. Un artículo dice: la mayoría de niños ansían sobrepasar todas las expectativas que tienen, pero las herramientas y destrezas como aprendiz así como su entusiasmo para aprender sufren cuando las demandas son inapropiadas para su edad.

Si tu hijo está en preescolar o primer grado y aún no sabe leer, no te preocupes. Habla con su doctor si tienes alguna preocupación, pero reconoce que él/ella se está desarrollando como debe de ser. Si el colegio de tu hijo(a), empuja mucho en el área académica en vez de incentivar el juego, habla con la maestra. Te aseguro que él/ella está bajo muchísima presión para que sus alumnos salgan bien en sus exámenes. Si estas estancado con un currículo de preescolar que se ve irreal y no encaja con tu hijo(a), hazle saber a tu hijo(a) que tú no estás preocupado porque aprenda a leer. Habla de gente que no ha comenzado a leer hasta después (como Sam), y están bien. Luego, haz cosas que promuevan aprender de distintas maneras, como leerle un cuento que disfrute, jugar juegos, enseñarle destrezas útiles, y sácalos a divertirse a la naturaleza lo más que puedan, sean activos y aprendan juntos.

Te compartimos el link al artículo original.

The Impact of Technology on the Developing Child

Written by Cris Rowan, Pediatric occupational therapist, biologist, speaker, author.

Reminiscing about the good old days when we were growing up is a memory trip well worth taking when trying to understand the issues facing the children of today. A mere 20 years ago, children used to play outside all day, riding bikes, playing sports and building forts. Masters of imaginary games, children of the past created their own form of play that didn’t require costly equipment or parental supervision. Children of the past moved… a lot, and their sensory world was nature based and simple. In the past, family time was often spent doing chores, and children had expectations to meet on a daily basis. The dining room table was a central place where families came together to eat and talk about their day, and after dinner became the center for baking, crafts and homework.

Today’s families are different. Technology’s impact on the 21st century family is fracturing its very foundation, and causing a disintegration of core values that long ago were the fabric that held families together. Juggling school, work, home, and community lives, parents now rely heavily on communication, information, and transportation technology to make their lives faster and more efficient. Entertainment technology (TV, Internet, video games, iPads, cell phones) has advanced so rapidly, that families have scarcely noticed the significant impact and changes to their family structure and lifestyles. A 2010 Kaiser Foundation study showed that elementary aged children use on average 7.5 hours per day of entertainment technology, 75 percent of these children have TV’s in their bedrooms, and 50 percent of North American homes have the TV on all day. Gone is dining room table conversation, replaced by the “big screen” and take out.

Children now rely on technology for the majority of their play, grossly limiting challenges to their creativity and imaginations, as well as limiting necessary challenges to their bodies to achieve optimal sensory and motor development. Sedentary bodies bombarded with chaotic sensory stimulation are resulting in delays in attaining child developmental milestones, with subsequent negative impact on basic foundation skills for achieving literacy. Hard-wired for high speed, today’s young are entering school struggling with self regulation and attention skills necessary for learning, eventually becoming significant behavior management problems for teachers in the classroom.

So what is the impact of technology on the developing child? Children’s developing sensory, motor, and attachment systems have biologically not evolved to accommodate this sedentary, yet frenzied and chaotic nature of today’s technology. The impact of rapidly advancing technology on the developing child has seen an increase of physical, psychological and behavior disorders that the health and education systems are just beginning to detect, much less understand. Child obesity and diabetes are now national epidemics in both Canada and the U.S., causally related to technology overuse. Diagnoses of ADHD, autism, coordination disorder, developmental delays, unintelligible speech, learning difficulties, sensory processing disorder, anxiety, depression, and sleep disorders are associated with technology overuse, and are increasing at an alarming rate. An urgent closer look at the critical factors for meeting developmental milestones, and the subsequent impact of technology on those factors, would assist parents, teachers and health professionals to better understand the complexities of this issue, and help create effective strategies to reduce technology use.

Four critical factors necessary to achieve healthy child development are movement, touch, human connection, and exposure to nature. These types of sensory inputs ensure normal development of posture, bilateral coordination, optimal arousal states and self-regulation necessary for achieving foundation skills for eventual school entry. Young children require 2-3 hours per day of active rough and tumble play to achieve adequate sensory stimulation to their vestibular, proprioceptive and tactile systems. Tactile stimulation received through touching, hugging and play is critical for the development of praxis, or planned movement patterns. Touch also activates the parasympathetic system lowering cortisol, adrenalin and anxiety. Nature and “green space” has not only a calming influence on children, but also is attention restorative and promotes learning.

2013-05-27-virtualFuturestransparent.jpg.jpg
Further analysis of the impact of technology on the developing child indicates that while the vestibular, proprioceptive, tactile and attachment systems are under stimulated, the visual and auditory sensory systems are in “overload.” This sensory imbalance creates huge problems in overall neurological development, as the brain’s anatomy, chemistry and pathways become permanently altered and impaired. Young children who are exposed to violence through TV and video games are in a high state of adrenalin and stress, as the body does not know that what they are watching is not real. Children who overuse technology report persistent body sensations of overall “shaking”, increased breathing and heart rate, and a general state of “unease.” This can best be described as a persistent hypervigalent sensory system, still “on alert” for the oncoming assault. While the long term effects of this chronic state of stress in the developing child are unknown, we do know that chronic stress in adults results in a weakened immune system and a variety of serious diseases and disorders.

2013-05-27-buildingFoundationstransparent.jpg.jpg
It’s important to come together as parents, teachers and therapists to help society “wake up” and see the devastating effects technology is having not only on our child’s physical, psychological and behavioral health, but also on their ability to learn and sustain personal and family relationships. While technology is a train that will continually move forward, knowledge regarding its detrimental effects, and action taken toward balancing the use of technology with critical factors for development, will work toward sustaining our children. While no one can argue the benefits of advanced technology in today’s world, connection to these devices may have resulted in a disconnection from what society should value most, children. Rather than hugging, playing, rough housing, and conversing with children, parents are increasingly resorting to providing their children with more TV, video games, and the latest iPads and cell phone devices, creating a deep and irreversible chasm between parent and child.

This article originally appeared in the Huffington Post.

There is structure within the rhythm

Written by Rene Petersen, Trinus teacher

 

 

In Waldorf Schools rhythm plays an essential part in daily, weekly and yearly planning.

Rhythm holds the children; it makes them feel safe and secure. It gives them clear boundaries by which they can mark the passage of time throughout the day or the year. The repetition rhythm allows, strengthens the will of the children so that they come to love and trust all that happens at their school.

Picture from Waldorf Chicago

In the primary school the day starts with the children being greeted and individually welcomed into the classroom by their teacher. In this way the teacher gets to make direct contact with each child so that they know they are seen and acknowledged.

Every day begins with the 2 hour Main Lesson block and each main lesson lasts for 3-4weeks. During this time the children become immersed in the particular subject they are learning for the 3-4 week period. Besides learning the content they enjoy stories, art, songs, drama, modelling- all centred around the current Main Lesson block. The Main Lesson starts with rhythmic time where the children sing class songs, recite verses and participate in games to wake them up, unite them as a class and prepare them for the day ahead.

After break time the children move on to their subject lessons and lessons where regular repetition is required e.g. Spanish, Math, English, Music etc

After lunch children are engaged in the art subjects e.g painting, drama or Waldorf Games. These subjects are done at the end of the day so that children are not required to strain themselves when they have already had a long day. The lively arts and games lessons are a great way to keep children engaged and stimulated right up until the end of the day.

Much care, attention and thought goes into planning the rhythm of the day as well as the weekly and yearly rhythm. A misconception exists that Waldorf schools do not have any structure or routine.

However the reality is the complete opposite of this.

The main difference is that the structure is not noticeable because children are smiling and happy throughout the day. The rhythm of a Waldorf school allows children ample space for breathing in and out; space for quiet and chaos; space for inner reflection and space for group work and class activities. In this way children move healthily through the day, week and year trusting that they are safe. This is one reason why Waldorf students enjoy being at school!

Myth Busting: How Reading Is Taught in a Waldorf School

Written by Sara Baldwin, Waldorf teacher

The Evolution of Language

In the evolution of humanity, spoken language developed first. Then came written language, originally through symbols (think hieroglyphics). Finally, once there was a written language, people learned to read.

This is exactly the sequence in which children master language, and so is the sequence in which reading is taught in Waldorf education. From birth to age seven, the focus is on the spoken word.

The children hear stories – nursery rhymes, nature stories, folktales and fairy tales. Teachers are careful to use the original language of fairy tales without “dumbing them down” or simplifying the language. The teacher is careful to use clear speech and to enunciate. This will help children later when it comes time to learn to write and spell.

In early childhood, language is taught through story time and circle time: songs, verses, rhymes and poems are all incorporated. It may look like play, but language skills are being developed daily.

Repetition

Because the same circle time sequence is repeated daily for 2-3 weeks at a time, children learn the songs and verses “by heart,” and will retain them for life.

Rudolf Steiner, founder of Waldorf education, stressed the importance of repetition when he developed the first Waldorf school in Germany in the 1920’s. Current brain research confirms that repetition aids a child’s brain development. The connections of billions of neural pathways in the brain are strengthened through repeated experiences.

Speaking

A visitor to a Waldorf kindergarten might notice the children are not being taught the ABC’s. They are not given worksheets, nor do they practice reading from books. But we Waldorf teachers know that language skills are being built through the repetition of stories, songs and verses. We are preparing children to read and write through the spoken word.

On the other hand, that same observer is likely to be impressed by the children’s precocious verbal abilities; their impressive vocabulary, and the number of poems and stories that they can recite by heart.

In addition to our work with speech, we work on building a child’s fine motor skills—through activities such drawing, finger knitting and sewing—to prepare children for the next stage of language development: writing.

Writing

It is during first grade in a Waldorf School when the alphabet is formally introduced, but in an imaginative, pictorial way. Think again of hieroglypics. Each letter of the alphabet is introduced as a symbol, representing an element from a story the children are told. For example, they might hear the story of a knight on a quest who had to cross mountains and a valley. The children will then draw a picture with the letter “M” forming the Mountains on either side of the “V” for Valley.

Waldorf Reading

Blackboard Drawing by Allen Stovall

In this way, the child develops a living relationship with each letter and the written word. It is not dry and abstract. Writing is taught in a way that engages the child’s imagination.

After learning all the letters, the next step is to copy the teacher’s writing. Typically the children will recite a poem together until it is learned by heart.

Then the teacher will write the poem on the board, and the children will copy it into their “main lesson books,” the books that children in a Waldorf school create themselves.

Because the children already know the poem and they have learned the alphabet, they will begin to make connections. “Oh, this must spell “brown bear” because both these words start with “B” and those are the first two words of the poem!”

waldorf-reading

Reading

The final step is learning to read, which generally starts in second grade and continues into third grade.

It is important to know that reading requires decoding skills that develop in children at varying ages. In Waldorf education we understand that learning to read will unfold naturally in its own time when a child is given the proper support.

Just as a normal, healthy child will learn to walk without our teaching her, and just as a child miraculously learns to speak her native language by the age of three without lessons, worksheets or a dictionary, so will a child naturally learn to read when she has a positive relationship with the spoken and written word.

Books

Yes, it is true that early readers and textbooks are generally not used in Waldorf education. Instead, the children are fed real literature starting in the earliest years.

Once students are fully reading, they turn to original source texts such as classic literature and biographies, and students will read many great books throughout their grade school years.

What they avoid are early readers of the “See Spot run” variety, and dry, lifeless textbooks.

x ¿Tienes dudas? Escríbenos aquí 👇